Ser capaces de sujetar el enorme peso para que la pantalla no se combara en el vano entre un punto de cuelgue y otro, fue el primero de los retos a los que nos enfrentamos aquí.
Construimos un sistema de estructura de truss de 30 x 30, super sólido y potentísimo, que resolvió el problema satisfactoriamente.
El segundo desafío consistía en dejar este espacio completamente limpio, sin apenas elementos que entorpecieran el paso -dado que se trataba de un pasillo destinado al trasiego de asistentes-.
Conseguimos que esta estructura inmensa, además de su finalidad visual impresionante, quedara muy funcional.